Una receta de emociones

Una receta de emociones

March 1, 2022

José Manuel Calderón introduce el nuevo episodio de UNIQ, Conversaciones Sngulares con la afirmación “Hoy me siento como en casa”, que es justamente la sensación que los emprensarios, José Polo y Toño Pérez, procuran recrear en su hotel y restaurante, Atrio, fundado en 1986.

El espacio gastronómico de Atrio actualmente cuenta con dos estrellas Michelin, la primera llegó en 1994 y diez años después le reconocieron la segunda. La verdadera fascinación de este proyecto es la forma en la que nace: desde el más humilde sueño de dos amantes de la cultura que quisieron recrear lo que percibían en sus experiencias culinarias.

“Lo que pasaba alrededor de una mesa nos parecía magia… vivíamos algo especial que queríamos recrear”.

Es así como, desde el desconocimiento total sobre mundo de la hostelería y restauración, dos amigos empiezan un proyecto, demostrando al mundo lo que es posible lograr, gracias al puro ímpetu de un sueño de dos corazones unidos.

Esta brillante pareja lleva más de 40 años co-creando proyectos culturales, lo cual ha provocado una verdadera fusión de sus almas, “No somos dos personas. Yo creo que somos una… nos miramos y a veces no hace falta ni hablar”, son las palabras de Toño.

El alma de España

Ambos, originarios de Cáceres, que reconocen ser un lugar “mágico, maravilloso, precioso y único”, se mueven por el amor hacia el propio país y su cultura, difundiendo el arte de España en todas sus iniciativas.

En el proyecto de Atrio, los empresarios proponen un lugar de encuentro que evidencia las especialidades que distinguen a España de los otros países, enriqueciéndolas con recetas e ingredientes que descubrían en sus viajes por el mundo.

“El nivel que tiene ahora mismo España no lo tiene ningún país del mundo”, afirma Jose con orgullo.

Atrio restaurante, pretende acoger a los comensales con cercanía y afecto, evocando “el arte de recibir”, un aspecto clave e imprescindible en la cultura de los fundadores, que asocian el verdadero lujo a las personas antes que a los bienes.

Este arte es lo que ellos llaman jugar a “la cocina amable“, y es lo que compone el alma de esta experiencia de cinco sentidos, y lo que la hace única ante el resto del mundo.

“El alma es lo más importante de un restaurante”

No es la primera vez que oímos hablar del poder del alma en UNIQ, en la primera temporada, la bailaora Sara Baras defendía la misma visión, “Si no tiene alma, no tiene nada, nada que decir.”, le comentaba a Calderón.

Esta profundidad que une a los amantes del arte en España, según Jose Polo proviene de las raíces, auténticas y humildes, de las que parten personas como ellos o Baras.

Aspirando a la perfección

“Toda una vida entregada al proyecto”, ha dado pie a una dinámica de exigencia y perfeccionismo de los dos compañeros. Una aspiración que desemboca en un sentimiento de apego y responsabilidad hacia ser cada vez mejor. “Siempre que buscas la perfección, tienes un poco esa sensación de culpabilidad”, explica Jose.

“Como padres con hijos”, los gestores de Atrio transmiten estos valores a las 82 personas que forman el equipo de Atrio.

“Nos habéis hecho sentir parte de Atrio y de vuestra familia”; las palabras de José Calderón demuestran que, gracias a esa búsqueda de perfección, José y Toño consiguen exactamente lo que quieren, que la gente, al vivir la experiencia Atrio, se sienta en casa.

Somos sintonía

Toño y Jose, más allá de la inclinación gastronómica, aman profundamente y apoyan la cultura en todas sus facetas.

El frenesí por construir un mundo mejor y por crear iniciativas que sigan funcionando una vez que ellos ya no estén, les lleva a crear Fundación Atrio, un proyecto social y cultural que une la educación al arte y, en particular, a la música. Así como nos contó el músico Carlos Jean en el quinto episodio de la segunda temporada de UNIQ, José y Toño también defienden el valor y la importancia de una formación que tenga en cuenta y ayude a desarrollar la inteligencia musical.

La admirable pareja tiene mucho más que contar, las migas que han ido esparciendo han dado grandes pasos hacia una concienciación cultural y artística.

“No son negocios, son formas de vida, tiene que haber alguien con ese algo, que lo transmita.”